La escucha
activa y crucial forma parte de una buena comunicación. Ambas palabras van de
la mano, si bien es importante saber transmitir lo que se quiere decir mediante
el habla, resulta aún más importante saber escuchar puesto que es la clave para
una comunicación efectiva, con sentido y de calidad.
Un buen
comunicador debe dominar tanto la habilidad de la oratoria como la de escucha,
ya que estas habilidades se complementan para ofrecer un discurso coherente,
atendiendo a las necesidades de la persona con la que se mantiene la
comunicación.
Esta habilidad
de la escucha activa pese a ser tan importante pocas son las personas que la
tienen bien desarrollada, una cosa es creer tenerla, podemos darnos cuenta de
si hemos entrenado bien esta habilidad cuando mantenemos una relación de cruce
de opiniones o pensamientos, y estamos más pendientes de qué vamos a responder,
y cómo lo vamos a decir a lo que realmente nos están expresando.
Cuando se
dispone de una buena escucha activa, se capta mejor la atención de los demás,
llegando al interlocutor de forma más profunda, permitiéndole expresar lo que
necesita, haciéndole sentir más cómodo, gracias a la confianza que se transmite
y el vínculo que se genera.
Una persona que
domine la escucha activa tendrá mejores relaciones tanto profesionales, como
sociales, familiares y de pareja; ya que se reducen los malentendidos y con
ello las disputas. Se mejora el entendimiento y la comprensión hacia las
emociones de los demás, permitiendo no caer en los enfados, las frustraciones y
las discusiones acaloradas; que tanto malestar y estrés generan.
A modo de conclusión, os dejo un vídeo sobre la escucha activa.
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