El lujoso caviar es el producto de las huevas del esturión, un pez que habita
el Mar Caspio, los mares de Rusia e Irán y que también está presente en mares y
ríos de Italia, España y el sur de Francia.
Hoy el caviar sigue siendo sinónimo de lujo y es cada vez más caro y escaso. La reglamentación dice que para que sea verdadero sólo puede
venir de cuatro especies de esturión –Beluga y Osetra, los más famosos- y que
deben ser criados sustentablemente, ya que varios países se prohibieron su
caza.
Por eso, si tienes un caviar entre
tus manos para alguna ocasión especial debes tener en cuenta estos
consejos:
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Nunca uses utensilios o cucharas de metal para consumirlo,
porque éstos arruinan su sabor.
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Acompáñalo de sabores neutros como tostadas con queso crema,
papas hervidas, blinis. Si no tienes nada de esto, puedes comerlo solo a
cucharadas.
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El huevo, en todas sus cocciones, es una pareja perfecta para el
caviar.
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Mantén siempre el caviar refrigerado a 4°C.
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Si quieres comer el caviar solo, sírvelo a 7°C sobre escamas de
hielo picado, en un recipiente de vidrio o cristal.
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Al comerlo, el primer bocado debe ser de unos tres gramos de
caviar, lo que es aproximadamente media cuchara. Esto es importante para
acostumbrar el paladar. Ya en el segundo bocado puedes comer una cucharada
completa (siete gramos aproximadamente). Juega con las perlas en la boca
para lograr una mayor expresión de sabores.
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Para acompañar la complejidad de su sabor puedes beber un
champagne francés, un vodka bien puro (que sea como mínimo doble destilado) o
si quieres arriesgarte puedes probar con un mezcal añejo.